Bosque Caducifolio
Caducifolio, del latín cadūcus («caduco, caído», participio de cadĕre «caer») y folĭum («hoja»), hace referencia a los árboles o arbustos que pierden su follaje durante una parte del año, la cual coincide en la mayoría de los casos con la llegada de la época desfavorable, la estación más fría (invierno) en los climas templados. Sin embargo, algunos pierden el follaje durante la época seca del año en los climas cálidos y áridos.
También son llamados de hoja caduca, por oposición a los árboles llamados de hoja perenne. En algunos países de Hispanoamérica, como Puerto Rico por ser dependencia de EE. UU., es también popular el adjetivo deciduo, calco del inglés deciduous. A su vez, la raíz de esta palabra remite al latín dēciduus, derivada de dēcidō, «caer, morir».
Muchos árboles y arbustos caducifolios florecen durante el período en que no tienen hojas, ya que esto aumenta la efectividad de la polinización. La ausencia de hojas beneficia la dispersión del polen por el viento o, en el caso de las plantas polinizadas por insectos, el que las flores sean más visibles por éstos. Sin embargo, esta estrategia no carece de riesgos, ya que las flores pueden resultar dañadas por el hielo o, en las zonas con estaciones secas, las plantas pueden agotarse más con este esfuerzo.
El bosque caducifolio es la biocenosis propia del clima marítimo de la costa oeste. Predominan las especies que pierden la hoja en otoño e invierno. Se encuentra en Europa entre los 35º y los 60º de latitud, y en las costas occidentales de los continentes. Tiene un régimen térmico moderado, con temperaturas medias mensuales siempre por encima de los 0 ºC, y un régimen pluviométrico abundante y bien distribuido a lo largo del año, en el que o no hay aridez en ningún mes, o la reserva de agua no se agota nunca, con lo que la humedad para las plantas está garantizada. De hecho, las plantas tienen que hacer frente al fenómeno contrario: un exceso de agua que el suelo ya no es capaz de absorber y llega a encharcar las zonas bajas. Presenta cuatro estaciones bien definidas: primavera, verano, otoño y invierno, con una actividad biológica diferenciada en cada una de ellas.
En el bosque caducifolio los suelos característicos son de tipo pardo y con humus mull o moder. En las pendientes aparecen suelos ránker y rendzina.
Las especies dominantes son de tipo leñoso y caducifolias, como el roble, el haya y el carpe.
El sotobosque es abundante. La pérdida de hojas de los árboles durante el invierno permite que, a comienzos de la primavera, los rayos del sol entren con facilidad hasta el suelo, lo que favorece el crecimientos de especies como los avellanos, los majuelos, los rosales y los cornejos, que necesitan de mucha luz. No faltan las especies perennifolias como el tejo, el acebo y el boj; además de helechos, musgos y líquenes.
El roble es la especie dominante en las zonas más cálidas. Suele ocupar las grandes llanuras y el piso basal de las montañas. Cuando no forma bosque aparece la landa, cubierta de gramíneas y especies secundarias como el brezo y la retama. Esta es una zona muy humanizada, por lo que la degradación del bosque puede venir de la mano humana, aunque en zonas de transición con el clima mediterráneo puede tener causas naturales.
El haya es la especie dominante en las zonas más húmedas, ya que necesita de una mayor humedad atmosférica para su desarrollo. Predomina en las llanuras húmedas y en el piso montano. El haya tiene un follaje muy denso y deja pasar muy poca luz hasta el suelo, por lo que su sotobosque es más pobre; compuesto predominantemente de helechos.
El carpe es una especie que se sitúa en zonas intermedias entre el roble y el haya, normalmente en las umbrías y en los suelos más húmedos de las zonas bajas.
En las riberas de los ríos aparecen especies especializadas de estos suelos, muy húmedos y pobres en nutrientes debido al continuo arrastre de los nutrientes que provoca el agua. Son especies de porte arborescente como el fresno, el tilo, el olmo y el arce. Sin dejar de ser un bosque caducifolio, presenta un tipo de bosque propio y diferenciado del bosque de roble o haya circundante.
Encontramos el bosque caducifolio puro solamente en Europa; vertiente norte de la Cordillera Cantábrica, Pirineos, Irlanda, Reino Unido, y la mayor parte de Francia, Alemania, Dinamarca y demás países del centro de Europa.
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